martes, 23 de diciembre de 2008

Elogio a la família


Hay que reconocer y convenir en que la FAI es algo más que un acontecimiento. Es el producto directo de las condiciones temperamentales de un país. Representa un acierto debido a la expresión genuina de las fuerzas colectivas en presencia. Ella interpreta los anhelos de los desheredados y es un cauce natural de sus necesidades morales y materiales.
Si ha de construirse el futuro español sobre las bases de la justicia social, de respeto para todos, de libertad sin restricción, de igualdad reparadora, de orden salvador, ha de ser sobre esa columna vertebral que contiene y da fuerza a la FAI.
Decir FAI es decir pueblo español. Nuestra Familia está hecha a medida de nuestras virtudes y nuestros defectos. Y es que nada hay más español que la FAI. Hoy como ayer volvemos a decir: el humano es nuestro mejor amígo, nuestro aliado inseparable.
Desde el mismo día que se instauró el colectivismo agrario e industrial al calor de la revolución social, la utopía anarquista pasó a ser una creación económica y social. Demostró nuestra organización que con sus ideas elevadas tocaba las nubes, pero sin perder el contacto con la tierra. No somos militantes socialistas del partido o vocingleros de un sindicalismo estatista; somos el pueblo que crea por sí mismo, sin consignas ni domines, las bases del socialismo libertario y cientifico-técnico.
¿Somos una bandera de lucha? Las banderas pueden convertirse en harapos. ¿Representamos una esperanza constructiva? Desde ya, somos una realidad económica, social y lógica que va a establecer la civilización del trabajo responsable, del hombre libre sobre la tierra libre.
Y siendo la expresión popular del alma española, la FAI es universal como el Sol, el aire y las estrellas. Minoritarios en la Tierra, el mundo nos viene pequeño, porque queremos llenarlo de amor, abrasarlo de luz.
¿Qué quiere decir FAI? La más alta expresión de orden, libertad y lógica.
No aspiramos de manera alguna al poder, pero trabajaremos y pugnaremos, como siempre, con fuerzas redobladas, al lado de los obreros del músculo y del intelecto, por el triunfo de las finalidades emancipadoras.
¿Que nuestro pueblo carece de preparación para establecer una sociedad como la que propugnamos? Para lo único que no está preparado ningún pueblo es para soportar la esclavitud que no ama, para vivir en la bestialidad que detesta.
Nada nos separa de la muchedumbre laboriosa y del intelecto libre. Del pueblo venimos y hacia el pueblo vamos. Somos su henchura y consagración. Sin ser nacionalistas hueros ni patriotas trasnochados, nos sentimos orgullosos de pertenecer a un país grande como un mundo digno, como el que hizo de la dignidad una manera de vida y genial para sentir, pensar y hacer maravillas. En la tierra sublime de España debemos echar los cimientos sólidos y firmes del edificio social nuevo. Y cómo símbolo viviente de esta obra surja, vigorizado y potente, el auténtico areté faísta.
Ha llegado la hora de que España no esté fuera del mundo ni el mundo fuera de España. Hemos de avanzar evolutivamente, por hitos y etapas, hacia el progreso creciente de la humanidad para hacer un Universo asentado sobre la paz, vivificado por el amor, adornado por el máximo bien. Tales han sido siempre los propósitos de nuestra amada FAI cuyas siglas hierguen el corazón desbordándonos
Y todxs, también lxs caídos, gritamos con hado destructor a las estrellas: "Yo sé quién soy y hacia dónde encamino mis pasos"



La família

No hay comentarios:

Publicar un comentario